sábado, 21 de septiembre de 2013

Siempre habrá shampoo ♥

Posted by Mercedes Mayol 2:14:00

Hay seres que Dios deja caer a la tierra, como esas semillas de diente de león que soplamos cuando niños pidiendo un deseo.
Caíste, flotaste, pululaste de vida en vida sin arraigarte a ningún lado. Tu hogar fue el mundo en sí mismo, como podría haber sido el cielo o el mar, daba igual.
Te has marchado, y hoy me pregunté por un momento, si alguna vez estuviste realmente. Recordé tu presencia intermitente, tu incapacidad de sentir rencor hacia nada y hacia nadie. Una anomalía producida por falta o sobrecarga de genes, ¿quién puede saberlo? Sólo aquel que te lanzó a este mundo con un destino tan insólito como tú. Quizás, no eras humana, quizás eras como esas estrellas ya extintas que se ven en el cielo pero ya no están, esas que han desaparecido hace miles de años y persisten en el recuerdo de un cielo pendenciero y rebelde que se niega a olvidarlas. Puedo decir sin embargo, que aún sin materia, o tal vez siendo, y esto es solo una teoría personal, materia pura y de una simpleza sorprendente, supiste parir misterios. Unos insondables como la mirada de un niño que nunca fue niño y otros profundos como esos lagos acerados que parecen no tener principio ni final. No tocabas, rozabas las vidas, y digo rozabas, por que no te aferrabas a nada, no echaste raíces, no te apoderaste del viento, por que vivías dentro de el. Eras como Withman, una semilla envuelta en un poema, una llama que se encendió un día y se fundió en su propio horizonte. Yo te recuerdo, te recordamos, te recordaremos… pendencieros, rebeldes, esperando encontrarte en un colectivo, o a la vuelta de la esquina con el poncho, el folklore, la sonrisa errante que viajaba de un lado a otro buscando ese lugar que seguro encontraste al irte a dormir, despertando del otro lado.
Puedo decirte a modo de hasta luego, y espero me lo recuerdes cuando nos volvamos a ver, que has dejado huellas, intangibles y de peso,  en este mundo que no comprende de miradas mansas y que esas huellas, marcaron mi vida y la siguen marcando, acompañando. Me quedo, si me lo permites, y espero lo hagas, con tu anomalía de estrella, con tu incapacidad de sentir rencor, con tus misterios y mansedumbre.
Y como aquel día, y esto es sólo para aquellos que te conocimos, te cuento:
- Hay shampoo…
Gracias por titilar en nuestras vidas.

Buen viaje estrella dormida.   

Mercedes Mayol
20-09-2013 Buenos Aires

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