No sé si he perdido la capacidad de asombro, o es el
asombro, el que me ha perdido a mí.
La justicia se ha extraviado entre las patas de una cama o debajo de un diván.
Los ombligos no son lo que eran…o tal vez es, que mi ombligo me ha exiliado de
mí.
Creo, sin creer, pero creo…creo letras que se inmolan en un ocaso y se derraman
en la frontera de un poema que no escribí.
Los dioses han caído de rodillas, o quizás nunca estuvieron de pie…
Creo, ahora de creer, eran pigmeos, que a la sombra del atardecer se me hacían
gigantes.
Quimeras…realidades salivando cobardes utopías que se escurren por las
comisuras de unos labios sellados a cal y canto.
Freud sigue buscando el castigo en el vientre vacío de Yocasta, ciego y perdido
en aquel libro rojo de quien supo ser sin encontrarse.
Nada nuevo bajo el sol.
©Mercedes Mayol
Copyrigth Buenos Aires
05 de mayo de 2016
En esta noche en que escasean las luciérnagas